Introducción:
La sangre no fluye en una corriente continua como el agua de la llave. Por el contrario, fluye a borbotones y en oleadas que se corresponden con cada latido del corazón. Mientras la sangre circula por el cuerpo a través de las arterias, ejerce una presión sobre las paredes de estos. La fuerza de esta presión es lo que se mide cuando se toma la presión sanguínea.
Presión alta y baja:
Al medir la presión sanguínea se registran dos cifras:
- La cifra más alta, o presión sistólica, se refiere a la presión en el interior de la arteria cuando el corazón se contrae y bombea la sangre hacia el cuerpo.
- La cifra más baja, o presión diastólica, se refiere a la presión en el interior de la arteria cuando el corazón está en reposo y se está llenando de sangre.
Causas de las variaciones:
- La hora del día: Fluctúa cuando estamos despiertos y es más baja cuando dormimos.
- La actividad física: Es generalmente más alta durante el ejercicio e inmediatamente después de finalizado el mismo y más baja cuando el cuerpo está en reposo.
- Los estados de ánimo: Las emociones (como por ejemplo, el miedo, el enojo o la felicidad) pueden afectarla.
- El estrés: El estrés físico o emocional puede elevarla.
- La edad, la estatura, el peso y el sexo: Dichas características pueden influir en la presión sanguínea.
- La presencia de otras enfermedades: Otras enfermedades, incluidas las enfermedades renales o cardíacas, pueden afectar la presión sanguínea.
Hipertensión:
La presión sanguínea alta o hipertensión se traduce en un aumento directamente proporcional de riesgos de cardiopatía coronaria (ataque al corazón) y de un derrame cerebral. Cuando la presión es alta, las arterias pueden oponer una mayor resistencia al flujo sanguíneo y el corazón deberá hacer un esfuerzo mayor para lograr que la sangre circule.
La presión sanguínea alta daña los vasos sanguíneos. Esto a su vez aumenta su riesgo de tener un derrame, una falla renal, enfermedad del corazón y un ataque al corazón. El mayor problema es que no presenta síntomas.
Los ataques al corazón y los derrames cerebrales relacionados con la presión sanguínea alta no son habituales en niños y adolescentes. Sin embargo, los estudios realizados en adultos jóvenes con presión sanguínea alta demostraron que muchos de ellos tenían presión sanguínea alta cuando eran niños.
Fuentes:
http://familydoctor.org/e092.xml
http://www.tusalud.com.mx/120806.htm
http://www.healthsystem.virginia.edu/UVAHealth/peds_adolescent_sp/hbpa.cfm
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